Lolita Lol está de vuelta,




Y mientras voy buscando lugares con encanto, libros con grandes historias y restaurantes o cualquier cosa para disfrutar de la vida, os dejo este artículo que escribí para Canarias Viaja. 

Fotos de Miguel Ángel Roldán.



Canarias es un paraíso bastante desconocido para los peninsulares, yo cuando llegué hace 17 años, también pensaba que era un plan playero. Fue entrar en los bosques mágicos de Laurisilva y saber que había un tesoro escondido, solo apto para quienes saben apreciar el pantone verde en todas sus variantes.

Descubrí en Tenerife que mi plato favorito del mundo es el Potaje de Berros, tal es mi obsesión que fue uno de los platos de mi boda canaria. Gustó.

Pero un verano, nos fuimos a La Gomera, paraíso para pateadores, hippies progresivos y Ángelas Merkels. Y allí arriba, en el Camping La Vista, estaba el padre de todos los potajes de berros, verdito bendito, trituradito con su gofio y acostadito en un plato de madera. Hay que probarlo para comprobarlo.

Después de dejarlo deslizar por tus intestinos ya tallos, puedes girarte al sol y rascarte el dedo o la barriga, y no preocuparte por nada más que por quedarte dormido bajo la sombra de un Laurus novocanariensis, Laurel.

Voy a transformar el Laurel Rojo, logo de la Escuela Literaria, obra de mi loco amigo, el pintor Juan Pedro Ayala, fallecido el año pasado, con pena y sin gloria, en verde, porque el rojo pasión que nos llevó a arder en ganas de hacerlo todo se ha ido, se murió el rojo, y me brota un montón el verde, será de tanto berro, de tanto berrinche o de haber aprendido a respirar gracias al yoga.

Brotará otra Escuela Literaria con aire fresco.
Todo tiene que renacer, lo demás es pocharse.

Lo primero serán los Jóvenes Escritores, descubrir talento literario es como plantar semillas, y hay tierra fértil de sobra para todos y todas los brotes verdes que ya asoman. Gracias alumnado del Curso de Verano por la fotosíntesis, sin sintaxis ;-)

http://lagomera.travel/2018/10/descubriendo-los-arboles-y-arbustos-de-la-laurisilva-de-la-gomera/



Madrid es un reloj con manecillas de rejos de calamar. Dan las ocho de la noche y la tinta de todos los calamares que se encerraron en sus bocadillos por el día, sale a oscurecer el centro de Madrid, pero ese movimiento vampírico a la inversa es la coartada del que sabe que se sale a la hora bruja.




Hora da empezar con los gin tonics, las cañitas, los vinos y el cava,  pero no te me vengas arriba en banderillas y acepta un consejo: si bebes, tapea. Date un capricho que te lo has ganado, que tanto trabajar, te está dejando desangelado, miarma. El sitio está en el corazón de Madrid: El Mercado de San Miguel. Un mercado gourmet pensado con la cabeza donde eres tú quien ha de poner el corazón. Aconsejo ir con alguien a quien se quiera mucho para no andar con miserias, que aquí se viene a invitar.




Yo te recomiendo que no te pierdas el puesto de Lhardy, con sus croquetas de cocido legendarias y su tapa de erizo. María, la camarera, te recomienda, déjate llevar. Lástima que sigan existiendo los microondas que le restan onda a la tapa más pintada; suchislife.





Delicioso está toíto too: Los cucuruchos de pesacadito calentitos, las ostras, las banderillas, los dulces de San Onofre, las frutas de la Flor de San Miguel, las croquetas, el caviar, el jamón de Guijuelo...

Un capricho para empezar la noche y luego de postre hincarle el diente al fresón del Jardín de San Miguel, la única frutería del Mercado, cosa buena tiene este puesto, frutas escogidas, endorfinas para el cuerpo.




Y te lo digo claro, si tienes poco parné, ve a tomarte un bocata de calamares que te quitará el sentío y mira los escaparates de las tiendas de las arterias de este corazón porque te encontraras con marcapasos que también te darán  vidilla.




Pero mira siempre a tu alrededor porque hay momentos en los que pasa un ángel y quizás, sea el momento de pedir un deseo: Volver al Mercado, que será señal de que llevas el riñón forrado.




Y para que leas, te dejo " Rapsodia Gourmet" de Muriel Barbery - Editorial Seix Barral. Trata sobre la obsesión de un crítico gastronómico que busca el sabor que un día le hizo feliz.

¿A ti qué plato te hace feliz?

Mercado de San Miguel de Madrid. Plaza de San Miguel.
http://www.mercadodesanmiguel.es/puestos/
Fotos: Fotoa11


La Laguna, ciudad Patrimonio de la Humanidad, de la Humedad, de la Cristiandad, y de las Tascas, ya cuenta con más tascas que iglesias. Algo insólito en una de las ciudades del mundo con más feligreses por metro cuadrado, y no penséis que esto lo digo a tontas y a locas, para nada, monadas. La Laguna tiene sangre morada en sus escudos, colores de santos, pero es ciudad universitaria y allí salta el morado en sus otros votos. La cuestión es que sea jueves santo o no, hordas de parroquianos se avienen a calentar su patrimonios corporales en terrazas y locales que nacen y crecen haciendo fotosíntesis a toda hostia. Humedad relativa del aire: 70%

Conozco el vía crucis y tengo mis informadores, y te lo digo a la cara, si quieres calidad y precio, y platos sin rollo de cocina toqueteada hasta convertir el pato en algo que no sabes ni por donde entrar, te aconsejo desde la certeza de que te gustará: Los Patos en la calle Bencomo, 26, detrás de la Catedral.




Los tres chicos que la atienden son palmeros, gente de buen comer, sin darse bombo, pero ahí está el platillo. El propietario Aithamy García sabe lo que hace, David Delgado, el chef, elabora una carta sencilla que no falla:




Ensalada de tomates con rúcula, pimiento y ventresca o de bacalao y habitas, arroz negro con ali-oli, queso espectacular palmero, quiche de calabaza asada con nueces y carrilleras de cerdo ibérico... croquetas, chacina lux. Traiga lo que quiera, y ya está.






Vinos equilibrados, cervezas bien tiradas, postres pocos, pero con dos exquisitos: tarta de zanahoria, crema catalana y alguna sorpresa bien medida de David.





Ahora, que te digo una cosa, Omar, el hipster palmero, el chico que sirve las mesas es el Patito Feo de la Tasca, un saber estar, un señorío... un cisne.




Los Patos, recuerda, ve, reserva en el 679 22 39 22 para que te den la mesas de la ventanas rojas y veas la humedad pasar, mientas tú te empurras unas fabes y un queso con vino de La Palma, esa Isla Bonita en la que no sólo de plátanos vive el personal.



Lagunear: disfrutar de La Laguna de noveleros. Que si otra cosa buena tiene La Laguna son sus librerías: El Paso en la misma calle de los Patos, Lemus y El Águila.

Un beso con vaho lagunero ;-)

Fotoa11

Un Izakaya es un bar japones, así sin más remilgos ni innecesarios adjetivos rebuscados y comerciales. Izakaya Minami es mi primer Izakaya, un bar-restaurante cómodo y encantador para degustar comida japonesa tradicional, a base de aperitivos o nuevos platos caldeados a la luz de la sonrisa de Andrey, su chef japonés, un mago del pescado, del kushiyaki (pinchitos), del yakitori (pinchitos de pollo), de la sopa miso, vainas de soja guisadas con sal, setas, tempura de verduras, sashimi de salmón y atún, yakisoba (tallarines con verduras). Y fuera de carta aparecen las sorpresas del día con su sama sashimi, sus helados, sus makis, sus... Mira, que os traigan lo que quieran. Todo está para chuparse los palillos.


Yo no sé a vosotros, pero yo cuando encuentro un restaurante en el que todo me gusta, me da igual lo que me traigan y además, es que no me suelo enterar de lo que está fuera de carta porque una vez sentada, ya pierdo la noción de la memoria y es como cuando me presentan a alguien que me quedo mirando su cara para ver si hay feeling y el nombre se me evapora, fus. Uno va a cenar fuera para relajarse y en este bar japo uno se minamiza en cuanto separa los palillos, ¡Chas, minamizada!



 

Los Izakayas son bares cosmopolitas para relajarse después del trabajo, para encontrarse con los amigos. Nuestro Izakaya Minami está en La Laguna, Patrimonio de las tascas, los bares y los restaurantes.



 

Aquí, a la luz del farolillo rojo que ilumina el patio lagunero azul, está este nuevo proyecto de Andrey Hirano y Emiliano Nepote Fus, los de La Topa, dos sorprendentes chefs que conquistan las barrigas desde sus fogones, su barra, sus mesas de aperitivos y su salocinto con tatami para los que quieren estar como en casa.



 

No me olvido de las paredes decoradas con cuadros japoneses del pintor Juan Pedro Ayala, un lujo que viste el Izakaya para que entrar en esta casita japolagunera, sea entrar en otra dimensión sin prisas y brindar con cervezas, vino o sake por tanto ingenio gastronómico y artístico.




 

El precio sin sustos, el ambiente jóven y enrollado, la cerveza fría y La Laguna caliente si te cuelas tras las cortinas de Minami.




Y si quieres que te recomiende un libro japonés: Dama Sarashina. Sueños y ensoñaciones de una Dama de Heian. Ediciones Atalanta. Un libro refinado, de prosa limpia que narra con la verdad e intimidad de una historia autobiográfica. Mira, de esta editorial, también que publiquen lo que quieran, que todo está listo para pasar un buen rato.

Fotos: Fotoa11

Izakaya Minami
C/Adelantado, 16 (detrás de La Concepción)
La Laguna-Tenerife-Islas Canarias
Reservas; 922 103 127

Sin pensarlo, improvisado, frugal y con ganas, parecido a besar sin lengua, solo que para degustar necesitamos al menos la puntita, de la lengua.

Soy partidaria de elegir productos de esos que te recuerdan tu infancia o bien, y aquí ojo al parche, esas delicatessen que te quitan el sentio.






Lista de Lolita Lol:

Infantifoods
Bocata de chorizo con pan candeal. Donde dice chorizo, me vale tortilla de papas con pimientos italianos, mortadela barata, pepito de ternera, jamón ibérico con tomate.
Limonada
Agua
Cañas de pescar

Gourmet
Embutidos sin olvidar sobrasada
Queso de La Palma
Anchoas de Santoña
Mojama de Cartagena
Espárragos de Tudela
Melón y sandia
Patés
Pan de espelta
Tarta casera
Champán
Vino
Agua con gas
Condones


Libros: el que estés leyendo. Yo ando con "Cómo se hace una chica" de Caitlin Moran. Alfaguara. Un libro con nutritivas señas de un feminismo nada dogmático y millones de burbujas de humor.







Este verano en mi extraño viaje a París en busca de glamour,  redescubrí que el glamour no se compra, se comparte. Una cesta, una bolsa panadera, una botella de cristal, una sonrisa abierta, guiñaste el ojo, te quitaste el zapato y glamour is in the air.

Lo que más me arrebató de París, no fueron sus bistros, ni sus boutiques, ni sus museos, fue la capacidad que tiene de servirte el mantel bajo la sombra de un árbol, en un banco de un parque o a la orilla del Sena. Me hizo recordar que hace un tiempo, que hemos de recuperar, tomábamos  bocatas de filetes rusos bajo los pinos de la sierra de Guadarrama junto al riachuelo vestidos de niños.







Hagan picnic, señores y comenten cuáles son sus propuestas para un picnic: viandas, bebidas y un librito, chiquillo/a <3

Fotos: fotoa11 (Instagram)





Yo soy especialista en mezclar todo lo que me produce felicidad, sea lo que sea. Mi vida trascurre entre el deber y el placer, como la tuya, pero en este blog quiero pasar a primer plano el placer y dejar el deber para el trabajo. Lo que me llevo siempre por delante son los libros porque gracias a ellos puedo evadirme de la realidad y entrar en mundos imaginarios donde los libros se abren y encuentro diamantes en forma de bombones.

Siempre mezclaré los libros con el placer. Un día os contaré por qué.

Este verano en París, caminaba por la realidad y harta de caminar entre tiendas de lujo que adornan las calles, pero me producen el mismo grado de rechazo que de atracción, y me dejan con una disociación cognitiva que me trasmiturja el sentido o algo así. Entré en un universo propio y sincletizado por mi visión del mundo frinpolizante y como empujada por una corriente de grumidos focalizados, entré en una bombonería de otra dimensión. 




Aterricé en Hugo&Victor, una tienda multiorgásmica llena de bombones en cajas con forma de libro, de tés en botes negros brillantes, un olor a mango y frutas del bosque pellizcando mis narices, olorcito a chocolate fino chupámdome la cabeza toda ella, secuestrada por el sentido del olfato y la vista allí encima de los bombones planeta por al mitad en ese estuche libro elgante, moderno y chic a rabiar. Lo quiero. Madame, pruebe uno. 




Ay Eva parisina, ya muerdo y me hago adicta para siempre jamás. Y yo caí, enamorada de esa endorfina chocolateada por estos chef parisinos que regentan unas cuantas boutiques de postres y bombones del paraíso.

Un amor para siempre, una historia interminable que me deja en el paladar el eco de un manjar. ¡Lo juro!

La fantasía se puede comer, ya lo veréis, si probáis bombones de Hugo&Victor, se pueden comprar por la web, pero me parece inverosímil pedir bombones por Internet. Pide ese deseo.

Pienso en un escritor que escriba fantasía y que guste tanto como el chocolate y me sale Víctor Conde, el aristócrata de lo inverosímil hecho realidad literaria, un bombón literario para mentes dadas al sueño, a lo insólito, al misterio y a la dulce sensación de pensar que hay otros mundos esperándote en libros cajas de sorpresas. 

Abre todos sus libros y degusta fantasía hasta ver el Eco de otras realidades.




Víctor Conde responde a las tres preguntas de Lolita con su dulzura habitual ;-)

Un libro que te haya hecho feliz: "La historia interminable", porque ya desde niño me enseñó que los libros siempre son distintos, no importa cuántas veces los hayas leído.

Dos libros recomendados: El señor de los anillos (Tolkien) y El imperio del sol (J. G. Ballard).

Recomiéndanos un libro tuyo: Hija de lobos.

Os dejo con la portada de su última novela. ¡Qué os aproveche, amigos!




Página de los bombones más ricos que he probado en mi vida... y he probado unos cuantos.


http://www.hugovictor.com/

Fotos de Fotoa11
Foto de Víctor Conde: Miguel Ángel Roldán